Fraternidad
“La buena cohesión de un grupo, dependerá en gran medida de la similitud de sus integrantes. Mientras estos eviten la competencia pasional y se establezcan como coadyuvantes, la funcionalidad y desempeño del grupo estará asegurada” Isaac GonzálezLa fraternidad de “frater”, es la unión de las personas por medio de las voluntades encaminadas a un mismo fin. Apoyo sin esperar nada a cambio, intereses mutuos. La fraternidad, se da en un grupo donde sus integrantes están hermanados por una iniciación. Constituye dentro de la Asociación De Jóvenes Esperanza de la Fraternidad el pilar más fuerte que ha de sostenerla; para que en conjunto con el saber y el recto actuar, generen un cambio en los jóvenes que integran a nuestra institución. Lo mismo sucede en la Masonería. Si se ha mantenido por varios siglos y milenios es porque siempre ha procurado que sus miembros seas fraternos unos a otros.
Es muy importante hacer un análisis interno, en nosotros mismos e identificar que pasa por nuestras mentes, a con la intensión de no confundir un fin propio con fraternidad. Eso solamente es mero egoísmo, pues no es productivo esperar recibir por la diestra y siniestra esa voluntad, si no hemos logrado esparcirla con nuestras propias manos.
Para sentir la fraternidad, debemos abrirnos al corregimiento y a al crecimiento; pues no todo será paz y felicidad. Eso se consigue, pero después de trabajar en conjunto.
Cuando hay un reto por superar, la fraternidad otorga la fuerza para vencerlo. Solo por medio de esta, se logra un bien común y está dispuesta en conjunto con una intensión sana y noble. Si nuestros deseos y aspiraciones dentro de la institución van en contra de los fines de la misma, difícilmente seremos llenados por la fraternidad. Aprendamos a hacer el bien a los iguales y encontraremos fraternidad en nuestro camino.
Eliminemos de nosotros el veneno de un capricho egoísta y empezaremos a trabajar por la patria y la humanidad. No seamos como aquel ingrato que hace la llaga más grande, mejor atendámosla y procuremos su curación, así seremos recompensado por la fraternidad. Cumplamos con nuestro trabajo y no interfiramos negativamente en el ajeno a menos que seamos llamados a hacerlo. Seamos cautelosos en nuestro actuar y consientes al desear.
La fraternidad habrá de llenar nuestro corazón de amor y el amor habrá de transformar nuestra mente en una con nuestro espíritu, que nos permitirá trabajar por la patria y la humanidad. Seamos fraternos en el actuar y encausaremos la fuerza del Padre vertida en estos trabajos a nuestra vida.
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